La transformación digital del panorama industrial mundial ha tenido un efecto generalizado en todo el ciclo de la cadena de valor de los productos y servicios y afecta tanto a las grandes empresas como a las pequeñas y microempresas. Esto ha dado lugar a nuevas tendencias de subcontratación de partes del proceso de producción (por ejemplo, a trabajadores autónomos), lo que a su vez ha
creado una gran dispersión de competencias y a menudo también mucha discontinuidad. La agregación de estos trabajadores en nuevas empresas en forma de cooperativas podría ser una respuesta a estas tendencias de dispersión.

Todo esto va de la mano con el reciente aumento del «empleo atípico», junto con todos sus sinónimos como «trabajo atípico», que también están transformando la industria y la sociedad. Si bien este tipo de empleo permite a las empresas utilizar su mano de obra de una manera más flexible, para los trabajadores la mayoría de las veces significa precariedad laboral. Una vez más, el mundo cooperativo ha tratado de dar respuestas a las necesidades de los trabajadores que no son satisfechas por los acuerdos institucionales actuales.

Partiendo de estas dos consideraciones, el Comité Económico y Social Europeo está trabajando en un dictamen (CCMI/182-EESC-2021) que estudiará los nuevos modelos cooperativos que están surgiendo para los trabajadores independientes y autónomos, especialmente aquellos modelos que proporcionarían una herramienta para que muchos trabajadores autónomos sean también
propietarios de plataformas, y así evitar algunas derivas que algunos califican de «uberización». El objetivo es poner en conocimiento de las instituciones europeas las buenas prácticas innovadoras que están surgiendo y favorecer así la difusión de una vía europea y participativa hacia el desarrollo de la economía de plataformas y la puesta en marcha de una digitalización más inclusiva de la economía.

 

Fuente: Cogiti Europa